Manifiesto
“Contra la violencia de género”
A la comunidad
del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP),
A las
Autoridades del INSP,
A hombres y
mujeres de México y el Mundo,
Las (os) abajo firmantes nos manifestamos en contra de la violencia de cualquier tipo. Lamentamos
profundamente la reciente pérdida de nuestra compañera Dalila por violencia
intrafamiliar. Sabemos que su muerte ha desatado un sin número de emociones y
de expresiones de indignación y lamento. Y
también, nos invita la reflexión.
Hoy, en nuestro país, la
sorpresa deja de ser noticia y cede paso a la inercia. Todos los días sabemos
de asesinatos y de crímenes violentos contra las mujeres. Pero no sólo eso, en
nuestra vida diaria, con nuestros conocidos, amigos y familia asimilamos formas
sutiles de violencia, las aprendemos desde niños. Así, la violencia se esconde
en la vida diaria y nos persigue como una sombra incómoda y, muchas veces,
invisible. No sólo podemos consternarnos por los asesinatos, no sólo debemos
llorar a la amiga asesinada, también deberíamos indignarnos por las injusticias
que vemos y hacemos que no vemos o escuchamos: “la ama de casa”, “la chacha”,
“la puta”, “la fácil”, “la amiga que prestó”, “la señora de la casa”, etc.
No sólo deberíamos ser
panfletarios y exigir justicia o gritar “ni una más” cuando no reflexionamos
sobre nuestro actuar.
Los feminicidios son el
desenlace de un espiral de violencia que comienza en situaciones toleradas (o
normalizadas) por la sociedad y nuestra comunidad, ya sea familiar o académica.
El INSP es un reflejo de
lo que ocurre en nuestra sociedad, donde hemos sido testigos de situaciones que
deberían indignarnos (sexismo, intolerancia hacia
compañeras embarazadas, acoso sexual, violencia verbal, discriminación hacia la
propia pareja o esposa y otras) y donde,
por lo general, es estigmatizada la víctima y no el victimario. ¿Ésa es nuestra
mejor respuesta? ¿Ésa es también nuestra complicidad?¿Dónde está la salud
pública en esto?¿Dónde está el bienestar comunitario por el que debería pugnar
nuestra escuela?
Otro ejemplo de una
situación que podría tomarse como “normal” es el “asalto sexual” cuando existe
alcohol de por medio. El que alguien de nuestros amigos o compañeros se sienta
con el derecho de sostener relaciones sexuales con una mujer alcoholizada y por
lo tanto, vulnerable, violando la confianza y los límites de respeto que van
inherentes a la amistad. Llamamos a una reflexión sobre estas situaciones,
decir ¡BASTA! a la demagogia de algunos. Llamamos a ser congruentes y a
reconocer que se es parte del problema. No es suficiente el
decir “estoy
harto” y emitir discursos prefabricados
en los que se condena las violencias de género y sexual, se apela al
reconocimiento de estas en nuestra rutina diaria y se adjudican a la cultura
del machismo persistente en
Latinoamérica. Tampoco es suficiente reconocer que la muerte de nuestra
compañera fue un feminicidio, que murió por ser mujer. Este discurso suena
hueco y poco ético cuando se labora en el campo de la salud y protección social
y no se hace nada concreto al respecto.
Nosotr@s hacemos un llamado de atención, para que veamos a nuestro
alrededor y analicemos lo que está pasando.
Una buena forma de recordar a nuestra compañera Dalila sería hacer algo
serio con lo que nos pasa aquí. Estando en el día a día.
Nosotr@s exigimos a las autoridades del INSP/ESPM que asuman su responsabilidad
en ciertos sucesos dentro de la institución.
Exigimos:
1.
Que sean respetados nuestros
derechos como estudiantes de la especialidad, maestría y doctorado en
cualquiera de sus áreas, así como a los trabajadores
2.
Que se brinde un apoyo
integral de salud a los estudiantes y trabajadores dentro de las instalaciones
del INSP y asesoría legal
3.
Que se fomenten grupos de
autoayuda entre los mismos estudiantes y que los tutores jueguen verdaderamente
un papel importante en esto
4.
Que se permita la libre
expresión dentro de la Institución
5.
Que la comunicación entre
estudiantes y autoridades sea real y horizontal, es decir, que se tome en
cuenta el punto de vista de todos
6.
Que se hagan evaluaciones a
profesores no sólo en escalas sino también con entrevistas y observadores
7.
Que se respete plenamente a
la mujer
8.
Que se propongan talleres
acerca de cómo reconocer una agresión o formas de violencia para todos,
incluyendo agresores
9.
Reconocer la autonomía de la
organización estudiantil
10. Que no se permitan relaciones entre profesores y alumnos dejando
en la imparcialidad decisiones académicas y laborales por favores sexuales
Para nosotr@s:
1.
No tomar las cosas a la
ligera, si te sientes mal por algún suceso NO te quedes callada, dilo, busca
apoyo psicológico y legal
2.
Si eres testigo de violencia
NO te quedes callad@, dilo y busca apoyo psicológico y legal
3.
Recordar que no podemos
tolerar de nadie (amig@s, novi@s, compañer@s, familiares, maestr@s, etc)
ninguna humillación, ningún abuso o ejercicio de abuso de poder
4.
No es suficiente estar
indignados tenemos y necesitamos estar organizados y crear redes que nos
fortalezcan
5.
Exigir se respeten todos
nuestro derechos, incluyendo decisiones autónomas a la organización de
estudiantes vigente
Por último, nos declaramos en contra de cualquier expresión de
violencia a nuestro alrededor y a favor de desaparecer la ceguera en la que
estamos sumergid@s.
Deseamos que sean los actos quienes le rindan el mejor homenaje a
nuestra compañera Dalila, que su muerte no sea un feminicidio más sino que
resignifique nuestra labor como sujetos sociales y como profesionales de la
salud.
“La muerte solo tiene
importancia en la medida en que nos hace reflexionar sobre el valor y el
sentido de la vida”
André Malraux
En memoria de Dalila…
- Lilian Erendira Pacheco Magaña, Médica, Maestra en salud pública, Ex alumna del INSP, México
- Jorge Osvaldo Loaiza Valiente, Médico, R3 Urgencias, México
- Fabiola Melchor Martínez, Médica, Maestra en salud pública, Ex alumna del INSP, México
- Martha Cruz Sánchez, Médica, Maestra en Ciencias de la Salud, ex alumna del INSP, México
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